En el post de hoy quiero hablarte una película o documental que da sentido al titulo de éste, luego lo comprobarás.
Para mí, es más documental que película. Trata sobre una metodología educativa alternativa que un profesor, Carlos González, quiso experimentar con 11 alumnos en 12 días. El profesor, le propuso la idea a un director de cine Pablo Usón y éste aceptó. Carlos quería experimentar cómo sería la educación ideal sin las trabas del sistema educativo, inercias, prejuicios. Quería demostrar no sólo su potencial, sino el que se limita a los alumnos con la metodología clásica. Se seleccionaron alumnos representativos de lo que te puedes encontrar en cualquier clase, en este caso adolescentes.
Antes de este documental, ya había escrito este libro: 23 maestros, de corazón. Un salto cuántico en la enseñanza.
Este documental no sólo es interesante para profesores, maestros y padres, lo es para cualquiera que gestione grupos. Hay muchas escenas que, aunque sean jovenes, las he visto replicadas en reuniones con adultos.
Después del vídeo os he dejado mi resumen del documental, pero mejor no lo leáis hasta haberla visto. No os quiero condicionar, extraed vuestras propias conclusiones y luego constradlas. Yo he compartido este documental con amigos y cada uno nos hemos quedado con visiones parecidas pero extraídas desde distintas perspectivas. Hay muchos detalles en la película.
El documental tiene momentos extraordinarios: alumno rebelde que estalla, silencios atronadores, momentos de confesiones duros y amargos, empatía brutal de la clase con un problema que surge, madurez emocional y sobre todo mucha sabiduría innata en los alumnos que invita a reflexionar sobre nuestro sistema educativo.
Os animo a disfrutar de esta extraordinaria película-documental.
Documental: «Entre maestros – Una experiencia educativa sin precedentes»
Los alumnos ya son sabios pero no lo saben
En el documental se observa la sabiduría de los alumnos en determinadas circunstancias. Sabiduría que nadie les ha explicado, les sale de dentro, de forma innata. Gestionan momentos emocionales de forma magistral.
Yo no recuerdo, con la misma edad, haber tenido la madurez o sabiduría que demuestran algunos de los alumnos. Seguramente porque no somos conscientes de nuestro potencial. No estamos siendo educados para reflexionar, sino para almacenar y digerir procesos impuestos.
Cada alumno lleva su ritmo, por tanto, no deberíamos tener guiones tan rígidos. A menudo los programas docentes asfixian a la creatividad o potencial de los profesores, aún a sabiendas de que hay niños que se quedarán por el camino. Esto impide que esos alumnos retrasados se puedan reenganchar luego, porque este retraso puede que aplique exclusivamente a determinadas materias pero en otras no necesite volver a recibir la misma información.
El mejor aprendizaje es el que se realiza a través de nuestra propia reflexión o descubrimiento
Este punto es el que más me ha hecho pensar. Por poner un ejemplo, se nos enseñan integrales que posiblemente jamás veremos aplicar en un entorno real. Se nos impone este aprendizaje. Pasamos, repentinamente, a aprender conceptos abstractos sin tener una aproximación específica o sin tener una motivación o razonamiento que nos conduzca o anime a investigar por qué son necesarias.
Seguramente, si nos hubieran preguntado cómo teóricamente calcularíamos la distancia al golpear una pelota, podríamos haber incentivado nuestra curiosidad.
Durante una clase particular, pregunté al alumno cómo calcularía el área curva de una representación gráfica de una función. Estuvo reflexionando y me dijo que no sabía calcular áreas curvas. Le pregunté ¿Qué áreas sabes calcular? Me dijo que cuadrados, rectángulos, triángulos y círculos. Mientras me lo estaba diciendo, me dijo, y si lo calculo dividiendo el área en pequeños rectángulos y luego sumándolos, exacto así es, le dije. Esa es una buena aproximación a este problema y estás en el camino de entender cómo funcionan por dentro las integrales.
En realidad, he simplificado muchos detalles pero el objetivo que te quiero trasladar y que he confirmado con el documental, es que hay que conducir a los alumnos a la solución para que lleguen por ellos mismos.
Si te interesa entender mejor cómo funcionan las integrales definidas, y explicándolo mejor que yo, te dejo estos enlaces:
http://centros5.pntic.mec.es/ies.de.melilla/area_bajo_curva.htm
https://es.wikipedia.org/wiki/Suma_de_Riemann
Los maestros deberían ser pirómanos
El maestro debe prender la mecha y retirarse, lo justo, para comprobar si la combustión funciona. Y si falla volver a prender, provocar por otro lado, así sucesivamente. Plantear el problema, picar la curiosidad de los alumnos, intentar que consigan reflexionar.

En el documental, el maestro plantea una cuestión y deja que los alumnos discutan. Les deja un rato. Una vez expuestos los argumentos desde distintos prismas, sólo en ese momento el profesor entra en la escena para reconducir el problema o cuestión.
Habitualmente alguno de los alumnos ya ha dado con la clave o está cerca. Justo en ese momento de climax, cuando los alumnos están expectantes…, es cuando debe aparecer el maestro. Ya tiene a los alumnos motivados y con una visión más abierta para aceptar lo que va a explicar. Hay que evitar dar la solución al principio. Hay que partir desde el problema, al reflexionar sobre el mismo, vemos nuestras deficiencias o lo que nos falta para solucionarlo, lo que provoca que anhelemos esa información. Esta metodología lo realiza al revés de cómo me enseñaron.
El maestro aparece cuando el discípulo está listo (Proverbio chino)
Invita continuamente a los alumnos a reflexionar.
A veces, padres y maestros, educamos a los niños imponiendo doctrina, pontificando. Nuestra labor debería ser como un director de orquesta, dirigir un poco pero sin molestar. Reconducir cuando se desvíe de lo que se busca pero sin manipular la forma en la que ellos mismos lo aprenden por sí mismos.
Un conocimiento adquirido por uno mismo tiene una mayor retención y potencial que el impuesto. Este conocimiento autoadquirido se apoya en experiencias propias, en conceptos que el ya conoce. El alumno extrapola situaciones más fácilmente, une puntos, categoriza, modela o generaliza bajo su perspectiva o prisma.
El miedo, los roles y prejuicios frenan el aprendizaje
Nos han educado para sobrevivir, y tenemos que vivir. Vivimos con miedo. Son frases que aparecen en el documental y con ejemplos vivos.
En el minuto 13 hay un momento espectacular, un alumno se revela, dice que todo es basura (generaliza). El profesor le da una vuelta al argumento dándole valor a la basura para hacerle ver al alumno que todo depende con el cristal que lo mires. Que no hay nada cierto, ni nada falso, son sólo prejuicios según el rol con qué los mires.
La inteligencia emocional de los alumnos
Me sorprende la inteligencia emocional de los alumnos.
Por ejemplo, en el minuto 17, el alumno anterior Paul, explota, se enfada con sus compañeros. Es una situación que nos sonará a todos los lectores y seguro que hemos vivido en carnes propias y ajenas. La clase se da cuenta que está interpretando un rol, está viendo todo con una careta fija, con orejeras como dice un compañero.
El alumno interpreta su rol hasta el final, hasta que lo desnudan en clase. Pero, ¿por qué interpreta ese rol? Porque somos humanos y queremos aprobación como todos, cada uno la busca de una forma, en los estudios, protestas, trabajo, posesiones materiales, cultura, interpretando un rol, etc. El alumno, al darse cuenta de su desnudez, explota porque no puede continuar con su papel y se marcha. Me parece magnífica la escena.
Luego una compañera se excusa y lo trae de la mano a clase. Nadie hace escarnio público, se cambia de tema y se prosigue. Porque todos saben lo que ha pasado. Magnífico.

Derechos de autor de Pixabay.
Muchos adultos somos analfabetos emocionalmente hablando. Una persona emocionalmente inteligente no es aquella que es correcta, educada y no se mete con nadie, es aquella que sabe conducir la situación para corregirla con el menor daño posible para la persona afectada.
Aunque, en algunos momentos del documental hubiese escenas forzadas, como esta última, de la chica yendo a buscar al alumno rebelde, no debemos dejar que nos empañe la visión y alcance en el aspecto emocional de esta metodología.
Crear un entorno emocional seguro
Esta metodología, al invitar a los alumnos a cuestionar todo, a discutir, obliga a no llevar máscaras porque se las quitan unos a otros o las cuestionan. Los niños y jóvenes son más directos que los adultos, no tienen tantos protocolos de forma como nosotros. Una vez que el grupo se da cuenta que todos suman, ya no hay protagonismos, como el caso del alumno rebelde. Para mí, lo importante de este punto, es el hecho de que, como alumno, saber que sumas como uno más pero tampoco tienes la obligación de ser el mejor o el miedo de ser el peor, te libera, te quita barreras, prejuicios y orgullos. Te sientes seguro emocionalmente, sin miedo, sin tapujos. Esto permite pensar en voz alta y que estos pensamientos ayuden a otros a refinar el suyo y a la inversa.
Este entorno emocional seguro y de empatía entre el grupo no sólo ayuda a liberarte, en el documental hay una escena dónde una chica rompe a llorar cuando se menciona que vivimos para sobrevivir. Esta frase y el entorno anima a la chica a sincerarse y contar una experiencia muy amarga de la infancia que le traumatizó y estaba haciendo daño. Toda la clase siente el dolor de la chica y empatizan con ella, lo que anima a la chica a desahogarse con la clase. Y desahogarse es curarse emocionalmente de daños anteriores.
Si la cada alumno de la clase sabe las circunstancias y el porqué del comportamiento de cada miembro, es más fácil perdonar o tolerar determinadas actitudes y evitar situaciones de enfrentamiento.
Resumen
Seguramente algún profesor estará con envidia pensando que mañana mismo le cambiaba la clase a Carlos. Que le gustaría verlo con algunos de sus alumnos, esos déspotas, pasotas y tiranos que desprecian a compañeros y profesores o asisten con indiferencia. Pero, la pregunta es ¿Cómo han llegado a esa situación? ¿podrían haber sido en algún momento como los alumnos que aparecen en esta clase? ¿estamos a tiempo de revertirlos? ¿lo permitirá el sistema?
La realidad habitual, bajando al suelo real, suele ser un programa docente que hay que cumplir, un Jefe de Estudios y Consejo que te evaluará en función de estos y un sueldo o posición que depende de lo anterior. Por lo que la respuesta o capacidad de solucionarla es limitada. Estamos de acuerdo, pero, al menos, es interesante conocer otras vías alternativas de educación. Carlos, al principio, ya advierte que sus métodos no los puede desarrollar en su propio colegio, por eso, la idea de llevarlo a un documental mediante una clase experimental y compartir su metodología. Si cuestionamos al sistema educativo, al menos, ya es un paso.
¿Estáis de acuerdo con esta metodología? ¿Funcionaría mejor que las actuales? Si queréis añadir algo, podéis comentar aquí abajo.
Os dejo también con una entrevista con Carlos González dónde seguí sacando ideas y también nos puede venir bien. Repito, tanto a padres, maestros, como aquellos que gestionan grupos.
Suena interesante la propuesta, en algunos momentos lo he efectuado con mis alumnos y de verdad, noto más interés en la clase. Lo difícil es, que para avanzar se hace necesario aplicar la clase expositiva; dándole poco espacio a este tipo de estrategia o propuesta.
Por eso quería compartir esta película con vosotros. ¿Hasta qué punto se podría llevar a cabo?
Gracias Omar por compartirlo.
Hola, el primer video está roto.
Un saludo ¡y felicidades por el blog!